En términos coloquiales, el Neurofeedback consiste en enseñarle al cerebro a prestar atención y a estar tranquilo, gracias a su propia retroalimentación. En otras palabras, representa la posibilidad de enseñarle a la mente cómo funcionar de manera eficiente y así lograr su máximo desempeño cognitivo y emocional.

En términos científicos, se trata de regular los ritmos cerebrales, pues así el cerebro comenzará a comunicarse de una forma más armónica y eficiente.

En la práctica, la persona ve un vídeo, una serie o una imagen de su elección: si se distrae o se siente ansioso, la pantalla se oscurecerá, sino se aclarará. De esta manera, le estará enseñando al cerebro que, cuando preste atención, obtendrá una recompensa; y la repetición sucesiva de esta acción hará que sus ritmos cerebrales se regulen a sí mismos.

Su utilidad y eficacia terapéutica comenzó a demostrarse en EE.UU. desde los años 60; tras más de 3.600 estudios clínicos y científicos, hoy es ampliamente conocida entre deportistas, políticos, académicos, empresarios y artistas, quienes han visto mejoras importantes en sus niveles de atención, concentración, productividad, regulación de emociones, asertividad, toma de decisiones, memoria, autocontrol, creatividad, entre otros.

Se trata de la técnica científica con mayor aceptación en el campo de las neurociencias para regular la actividad eléctrica del cerebro.